18 marzo 2012

El zoológico de 10kms.

Finalmente hoy cumplí parte de un proyecto que tenía rondando la mente desde siempre. Correr. Ya en anteriores comentarios dejé claro que me gustaba, pero otra cantinela es si podía. Y la verdad es que pude correr por primera vez 10 km en una carrera en los bosques de Palermo, auspiciada por la fundación Nextel.
Mi cuñada probablemente ni se entere que me inspiró a empezar y por supuesto seguir, pero para conseguir progresar más que inspiración voy a necesitar un profe. Eso lo veré en el transcurso del año.
Al tema: uno tiene tiempo de pensar durante la hora y chirolas que dura la carrera (nadie dijo que corrí rápido!) y adivinar estereotipos, personajes y todo tipo de fauna deslumbrante, aquí van algunos.
Los Sarmientos. Ellos viven en un mundo redomado, colmado y asfixiante. Palermo en toda su inmensidad les queda chico y necesitan empujar, tocar, avanzar y pedir permiso…aún cuando la carrera no comenzó. Los Sarmientos siempre están transpirados y largan adelante -no para hacer mejores tiempos- ellos quieren contacto, extrañan los avatares de la semana, odian el espacio personal. Usan la línea de meta para entrenar el día a día…para subir primero al tren, al subte o al ascensor. Si el domingo no hay una largada, encontrarán una popular que los cobije.
Respiradores convulsivos. Amy Winehouse puede que no sea lo mejor para escuchar mientras corres, pero a mí me va. Fuerte como tenía los auriculares no podía evitar escuchar el toro que me perseguía como si estuviese en la fiesta de San Fermín, me aparto un poco y sigue la música. A los poco minutos escucho a Sharapova…pero de corrido, relojeo y mierda que respiras querida! Aflojá que nos sacás el aire a los demás…no importa, pasá…pasá. Minutos después: uuuuhhhhh, fuuuuuhhhh, uujjjgghhh, fiuuuiuujjjhhhh…! La recalcada concha de tu madre patova del orto, operate de algo que no puedo escuchar lo que pienso con el ruido que hacés, hijo de remilputa!
Schumis: Ancha como es, Figueroa Alcorta a veces tiene curvas peligrosas. El grupo de miles de corredores ya empezaba a estirarse cuando siento una presencia extraña casi “dentro” de mí. Era el “Schumi” de turno que venía en la succión. Bajo la vista y la sombra delata que corría casi metiendo sus pies entre los míos. Bajo el ritmo apenas para sacármelo de encima y sale disparado como catapulta hacia otro pobre Cristo. Sigo con mis anotaciones mentales y se viene esa curva peligrosa…esa que puede provocar que varias decenas volquemos si no la tomamos con cuidado. Varios de mi grupo se tiran violentamente hacia el ápice consiguiendo ganar la cuerda y salen hacia afuera cruzando tres carriles en plena aceleración. Los flashes de la fotomulta consigue tomar varias fotos, la velocidad es espeluznante y las zapatillas producen un chirrido agudo…son todo destreza a 10km/h.
El “dragster” es genial. Yo iba bien lento porque quería llegar corriendo, sin caminar en ningún momento en mi primera carrera, así que era lógico que me pasaran. Y lo consiguieron unos cientos, pero otros me pasaban…y los veía al rato. Momentos después la misma canción, se tiraban por la banquina a pura zancada para luego verlos caminando con las manos en la cintura. Weird.
Hay varias tipologías mas que voy a tratar de descular en próximas carreritas que tengo en mente. Los piratas, los yosapas, las flexopatas, acuamanes y demás. Geniales personalidades presentes en este zoo nuevo que estoy conociendo. Un condimento más, otro kilometro menos.
Un pie delante del otro, unas miles de veces un domingo a la mañana.

Dedicado a mi amiga Paula, quien estima que es mejor postergar el suicidio escribiendo tonteras como esta. (y a su fiel celestino enamorado)