03 mayo 2012

No me lo cuentes, dale?

Hace muchos años estar borracho era un vergüenza, era el boludito que no sabia sus límites, no entendía que nos jodia la salida tener que arrastralo, llevarlo, empujarlo o callarlo.
La diversión no pasaba por ahí, el proyecto era otro y el borracho de mierda lo comprometía.
Hoy no. El proyecto de salida parece ser ese. Arruinarse el higado, gastar mucho en el intento, perderse en uno mismo y por supuesto, no recordar nada mañana. Cierra mejor si perdés la billetera, el celular o te arde alguna parte. Programón.
Encima tengo que escucharlo sin un atisbo de duda: que hiciste ayer?...el sábado me puse en pedo. El Domingo dormí todo el día, vos no hiciste nada???

ehhh, no. Nada tan divertido como eso...seguro.