19 abril 2011

No me peguen...soy Giordano!


Salgo del trabajo y en la esquina (pleno Perú y Diagonal Sur) me increpa un desconocido...sigo caminando, pero no afloja. Me toma de la ropa y me llama por mi nombre...uhhhhh, y este??????

Me insulta y me dice que me metí con su mujer (mal ché, eso no se hace...lástima que yo no me di cuenta!)...siiiiigooooo. Mientras reviso mentalmente todas los maridos de mi amigas, el tipo sencillamente no encuadra con ninguna de ellas, pero no me deja en paz, ni me suelta…no para de gritar como un demente. Intento llegar vivo al subte, pero me frena y me dice (ahí si me pierdo del todo) como vas a cruzar (H.Yrigoyen) no ves que esta en rojo???

Y era verdad, en la locura casi me la pone el 86. La situación es apremiante y complicada: quiero escapar pero la etiqueta no lo permite. Correr no luce. Camino rápido, pero no alcanza. Me toma de la ropa, del brazo, me da vuelta y me sarandea un poco. Pasa por ahí una chica del trabajo y le quita las manos de encima mio, una hermana latinoamericana (vendedora ambulante de la calle Perú) colabora y me dice que me las tome rápido, no me hago rogar.

“…vos sabés quien soy…-me grita- vos rajaste a mi mujer!!!!!” uhhhhhh x2…Houston, We've Got a Problem. Esto se desmadró mal. Salté de –supuestamente- empomarme a una mina a rajarla del laburo. Por lo menos el tipo grita a lo loco lo primero y las chicas comienzan a hacer cola por av.de Mayo y me hago fama. Pero no, escucho un coro…” Mariano: hacete cargooooo, ayyyyyy Mariano” miro y veo tres hermanas latinas, flojas de papeles, coreando la arenga en mi contra.

YY..yy..yyyy…(tartamudeo) uds. Quienes son?????? (cri, cri…) DE DONDE SALIERON?????? (cri, cri…) dale flaco, resolvé eto como un hombreeee, hacete cargooo…me dicen el coro de afroditas desalineadas. Naaaaaahhhh, estas quieren que me cague a palos un morocho de 100kg. solo por ver sangre en 3d.

Bordeando el paroxismo berreta, amenaza con que no voy a poder salir mas a la calle, que me va a lastimar…que se las voy a pagar. Me pone un dedo a un centimetro de la jeta y me dice que me saque los anteojos. Demasiado preambulo para cagarme a palos, no encaja con la escena y me decepciona saber que no tiene lo necesario. Pero cuando logro arrimarme hacia un kiosco de revistas llega el poli, con mas cara de miedo que yo. Con ese rictus facial y la determinacion de una bolsa de consorcios, fue como que no existia y el gigante justiciero se vé que no lo registró porque siguió como si nada. En la extraña coreografia de reproches que iban de despidos masivos a propuestas amatorias, el servidor de la ley se vé que llamo por el handy porque apareció un auto con tres polis mas. Ya entre cuatro sumaron una sola determinacion de parar al desdichado, asi que tuve mi primer respiro en 10 minutos de agresión. Llamo a mi jefe y pasa por ahí en 30 segundos. El “justiciero equivocado” resulta ser el marido de una chica de la empresa de limpieza que fue trasladada a otra depencia…ni siquiera despedida.

Por los motivos que sean, interpretó que mentirle a su gordo y conseguir que me fajara en plena via pública beneficiaría su carrera profesional, elevando su curriculum a las nubes. La realidad es que sumó una denuncia penal por amenzas en la comisaria segunda de San Telmo (gracias muchachos por llevarme en la patrulla).

Digo…me cagué en las patas y todavia ahora, a las 23,30 no pude pasar bocado...el tipo sabía quien soy (alguien me marcó a la salida de la oficina) y tenia mi recorrido y mis horarios. Eso es fulero.

Anyway, gracias Ale -como siempre- por rescatar a Juan del cole, es bueno saber que si uno es roto a trompadas por un desconocido por algo que no hizo, Juan nunca va a esperar en la puerta!